Néstor Suárez: La hoja de ruta para la transición política en Venezuela

Hay momentos históricos que requieren
definiciones, coraje y determinación para enfrentar los desafíos que se imponen
en la realidad. Esa determinación sólo se puede plantear con un diagnóstico
claro del entorno y sobre la base de principios y valores concretos, que sirvan
de pilares fundamentales para las ideas que alimenten las decisiones que se
deben adoptar.
1. La situación de la dirigencia política
venezolana actual.
Venezuela se mantiene estancada en una
realidad en que la gran mayoría de los venezolanos vive y padece diariamente,
hasta el punto de: sobrevivir. El régimen socialista que detenta el poder ha
generado una descomposición social sin precedentes, que ha violado sistemáticamente
los derechos humanos y, además, ha llevado a que las instituciones del Estado,
en todos sus niveles, respondan a intereses particulares ajenos a los fines que
exigen la democracia y la libertad.
Después de 23 años estamos muy lejos de
alcanzar los objetivos que la gran mayoría de los venezolanos requiere. En
ello, tiene una enorme responsabilidad la dirigencia política que ha asumido la
conducción de la oposición en Venezuela durante todo este tiempo, dejando a
salvo, algunas escasas excepciones que, con los hechos, han trabajado y siguen
trabajando por la libertad en forma autentica.
El status quo de los partidos políticos que controlan
la mayoría opositora, diseña estrategias basadas en intereses
político-partidistas y personales, teniendo y manteniendo como base una clara
la “cohabitación”, de facto, con el oficialismo, todo lo cual ha permitido que
éste se mantenga en el poder, en perjuicio de Venezuela, por más de dos
décadas.
Esa dirigencia política está éticamente
muy lejos de los principios y valores requeridos para generar una transición
política en Venezuela y por ello, reiteradamente en el tiempo, ha establecido
estrategias políticas “autoreferenciadas”, en sus intereses, espacios y
parcelas de influencia, obrando para sus necesidades, no para las necesidades y
requerimientos del pueblo, de la ciudadanía.
Lo que hemos dicho nos llevó a escribir
un artículo sobre las bases ideológicas para la construcción de una nueva
oposición en Venezuela, en el cual ya hemos explicado suficientemente, las ideas
que aportamos para que esa nueva oposición, esa nueva dirigencia política, se
establezca como una nueva y verdadera alternativa para los venezolanos y la
libertad de nuestra nación.
2. La hoja de ruta de la dirigencia política
actual: llegar hasta enero de 2025 sin cambio de gobierno
Con la dirigencia política actual no
tenemos una hoja de ruta real y efectiva para la transición política en
Venezuela. Antes, por el contrario, tenemos garantizada la permanencia en el
poder, del oficialismo y su régimen. Baste indicar que ya se están presentando
señuelos y opciones de entretenimiento “político” y ciudadano que nos están
vendiendo abiertamente un referendo revocatorio en el 2022, el cual sabemos no
lo van a ejecutar. Igualmente nos presentan una candidatura concreta para unas
elecciones presidenciales para finales del 2024. Con ello, solo tendríamos un
nuevo “Presidente de Venezuela” en enero de 2025, oficialista o, la continuidad
del Presidente ilegítimo actual que despacha desde el Palacio de Miraflores.
Para el 10 de enero de 2025, hasta ahora,
solo tenemos algo garantizado: la presencia oficialista en el Presidencia de la
República hasta ahora detentada por Nicolas Maduro, a menos que se sustituya a
la actual dirigencia opositora, por una nueva, que realmente promueva, con
hechos y desafíos concretos, un cambio de estrategia en la hoja de ruta para
lograr una transición política en Venezuela.
Ya no estamos para retórica, lugares
comunes, campañas y discursos carentes de contenido y resultados, incapaces de
construir un verdadero cambio político en Venezuela.
El autor francés Jean Baudrillard, en su
libro “Las estrategias fatales”,
apuntó una gran verdad, perfectamente aplicable a la dirigencia política
actual: “inventamos todas las estrategias
con la esperanza de verlas resolverse en un acontecimiento inesperado.
Inventamos todo lo real con la esperanza de verlo resolverse en un artificio
prodigioso”. Ese pareciera ser el verdadero mantra de la dirigencia
opositora. Se inventan estrategias para entretener a los ciudadanos mientras
ellos, alimentan sus intereses político-partidistas y esperan que algún
“acontecimiento” ofrezca un giro a la realidad. Por ello es tan venezolana esa
frase: “amanecerá y veremos”. Esperamos, ya resignados, que algo inesperado pase
y genere la transición política en Venezuela.
En otras palabras: no hay plan, no hay
una verdadera hoja de ruta para la transición política en Venezuela, solo hay
la improvisación y cohabitación como una estrategia política fatal para los
venezolanos.
3. La verdadera hoja de ruta para la
transición política en Venezuela.
Luego de explicar la terrible situación
político institucional de nuestra oposición, una verdadera hoja de ruta para la
transición política en Venezuela debe cumplir, por lo menos, los siguientes
pasos:
- Dejar a un lado las
estrategias políticas fatales que promueven una “cohabitación” con el
régimen para que se mantenga en el poder hasta enero de 2025, por lo
menos, dejando abierta muchas posibilidades para que se mantenga en el
poder durante muchos más años.
- Reconocer que la
estrategia del “Gobierno Interino” como alternativa frente al régimen, no
funcionó y está muy lejos de funcionar para conducir a la libertad de los
venezolanos y el rescate de la democracia.
- Reconocer que la
dirigencia opositora que hasta ahora ha conducido la oposición debe ser
sustituida, en partidos, cuadros y líderes al servicio de los ciudadanos,
de la libertad y la democracia, teniendo como base ideológica fundamental
y premisa principal: la libertad y sus implicaciones para todos los
ámbitos de la sociedad, no sólo el político, sino también el económico y
ciudadano.
- Promover un debate
abierto, sin dudas, ni grietas, sobre los pasos y metodología que se debe
seguir para que los venezolanos elijan un nuevo liderazgo opositor que sea
capaz de desafiar política e ideológicamente al régimen. Se requiere
insistir en la capacidad de los ciudadanos para organizarse y encontrar
formas de expresión de su voluntad y determinación, a través de mecanismos
previstos en la Constitución, tales como la consulta popular, las
Asambleas de Ciudadanos y demás herramientas de participación política.
- Poner las
organizaciones, movimientos y cuadros de los partidos políticos que
prediquen la libertad y ética política, como Vente Venezuela, entre otros,
al servicio de la construcción de nuevos liderazgos, con base en lo que
elijan los ciudadanos mediante los mecanismos de participación política a
los que hemos hecho referencia, para identificar los lideres que con
autentica convicción sean capaces de generar un cambio real y efectivo en
el poder mediante una transición política.
Los venezolanos no podemos seguir
improvisando y esperando más destrucción y humillación. Podrán pasar siglos y
pasar gobiernos, lo que no pasará nunca será la forma o receta de crear
prosperidad y crear riqueza. La verdadera esperanza de los pobres es el
capitalismo de libre mercado. En Venezuela, hay que erradicar el estatismo, y
ahora socialismo y comunismo.
Por eso, las Bases ideológicas para que
una nueva oposición pueda construir nuestro “Rumbo Propio” a la prosperidad y
pasar al primer mundo, es el capitalismo de libre mercado o liberal. Solo de
esta forma se puede garantizar la libertad y la convivencia democrática. Este
es el gran reto y desafío de la nueva oposición como punto de llegada en la
verdadera hoja de ruta para la transición política en Venezuela.
Por eso quizás sea muy oportuno y
pertinente en un momento como éste, recordar a Friedrich Von Hayek, cuando los
liberales clásicos se esforzaban por hallar un programa y una coherencia
intelectual frente al socialismo o destrucciónismo, les dijo: «Los
intelectuales y políticos Liberales deben ser agitadores, para invertir las
corrientes de opinión hostiles a la economía capitalista. Si el capitalismo se
hunde, el tercer mundo se morirá de hambre». Eso es lo que está pasando en
buena parte de la sociedad venezolana, y por eso la gente sigue emigrando.
Por eso también al final de su vida,
Hayek se dedicó a hablar más de política que de economía, quizás porque sus
propuestas o tesis económicas fueron bien conocidas, e influyeron en todos los
gobiernos, comenzando por el de Gran Bretaña. Hayek, apreció mucho entre los
jefes de Estado, solo a Margaret Thatcher, para él la única liberal coherente,
en su opinión. Por eso en su libro escrito a los ochenta años, titulado “El
orden político de un pueblo libre”, sin sutilezas dijo hay que ir a lo
esencial. Les reclama a los liberales y los increpa a ser más coherentes ante
la estatización, al decirles que es a causa del mal funcionamiento de la
democracia es que los Estados modernos invaden la libertad individual.
El malestar de las sociedades
democráticas viene de que las palabras han perdido su sentido. Originalmente,
en la democracia, los poderes estaban limitados por la Constitución y la
costumbre. Pero nos hemos ido deslizando cada vez más hacia una democracia
ilimitada: un gobierno puede hoy hacerlo todo so pretexto de que es
mayoritario.
La ley en si misma ha perdido su sentido,
hoy ya no es más que una regla cambiante destinada a servir a intereses
particulares en nombre de la justicia social. Pues bien, la justicia social,
según Hayek, es una ficción, una varita mágica. Nadie sabe en qué consiste.
Gracias a ese término vago, cada grupo se cree en el derecho de exigir al
gobierno ventajas particulares. En este sistema que se insiste en llamar
«democracia», el fenómeno político que ya no es el representante del interés
general. Se ha convertido según Hayek, en el administrador de un fondo
comercial. Necesitamos una utopía de recambio para recuperar el ideal
democrático. Por eso también los Liberales deben ser agitadores. Sobre todo, en
un momento como el que vivimos en Venezuela.
Las transiciones políticas no se
improvisan, no se construyen bajo recetas, tácticas y estrategias que han
demostrado sobradamente su fracaso en el pasado. Las transiciones políticas
sólo se pueden construir y concretar con valentía, coraje, determinación y
estrategias que realmente desafíen al status quo que ha secuestrado a Venezuela en una cohabitación,
en donde los venezolanos han sido los más afectados. Llegó el momento de hacer
política para ofrecerle realmente a los venezolanos, una ruta hacia la libertad
y democracia, única vía en la que podríamos reconstruir nuestra sociedad para
volverla prospera y con un futuro mejor para las nuevas generaciones.
Néstor Suárez
Economista. Msc y Phd en Economía en la Universidad de Londres – Inglaterra.
Diploma en el Politécnico de la Ciudad de Londres, sobre Economía y Gobierno.
Ex-Decano de la Facultad de Ciencias Políticas Administrativas y Sociales de la URU
Profesor en LUZ y URU .
Profesor Visitante en la Universidad de Connecticut en USA.
Ex-Viceministro de Hacienda en el Gobierno del Presidente Rafael Caldera en 1996.
Autor de varios libros y artículos
Fundador de la cátedra de Economía de la Oferta y de Libre Mercado en URU y LUZ.
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